Navegando esta mañana me he encontrado con un megabanner anunciando “Copia sin límites“. Desde el primer vistazo, el banner huele a campaña de mentira. Al site le han dado un toque casposillo, supongo que con la intención de simular los típicos sites cutres de descargas (a los que por escribir este post no es que esté defendiendo, por si a alguien se le ocurre pensar algo parecido).

En el site se puede ver lo siguiente:

copia_sin_limites.png

Llegados a este punto no queda duda de que será una campaña de la SGAE o similares. Pero no. Continuas pinchando y aterrizas en… ¡una página del Ministerio de Cultura!

Me parece de una demencia absoluta que un organismo público se gaste una millonada en lanzar estos mensajes, y el asunto debería llevar a dimitir a la Ministra y/o a todo aquel que haya tenido lo más mínimo que ver con llevar esto adelante.

Solo algunas matizaciones y conceptos generales que me gustaría hacer llegar a los susodichos (¿alguien sabe como hacérselas llegar?):

  • Las ideas que tiene una persona nunca son originales, o tienen un porcentaje bajísimo de originalidad. Hay algo llamado cultura (definición de la RAE: “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc,“) que se basa en que una sociedad progresa porque utilizamos todo el conocimiento previo para construir el nuevo. Tratar de invertir este proceso es dar en el punto de flotación de una sociedad. ¿Hubiese avanzado la ciencia sin la existencia de publicaciones científicas? ¿Hubiese llegado hasta nuestros el días el Quijote si siempre hubiese estado sujeto al pago de derechos? ¿Existiría Internet sin el software libre?
  • Las licencias libres son mecanismos para garantizar que la cultura y el progreso intelectual continuen desarrollándose tal como siempre han existido, en un momento histórico en el que la tecnología hace posible que empresas privadas y gobiernos puedan controlar cómo se extiende esta cultura, que por su naturaleza nunca ha pertenecido a nadie, porque nos pertenece a todos.
  • Estas licencias libres, que surgieron aplicadas al software y ahora se extienden a otros vasos comunicantes culturales, son instrumentos para que las personas puedan controlar la retribución que reciben por su trabajo, y evitar que la actividad intelectual de las personas que producen cultura quede atrapada en una corporación que le ponga precio y rompa un ecosistema intelectual que lleva en marcha millones de años.
  • Sin la libre distribución de las ideas de la gente, nos queda que de la cultura se ocupan empresas e instituciones privadas. Una empresa o una institución privada tiene unos intereses, aunque perfectamente legítimos, personales, que nunca coincidirán con los del conjunto de la sociedad.

Tal vez habría que explicarle a ciertas personas en el Ministerio de Cultura que cosas como Internet simplemente no existirían sin software libre, sin la libre circulación de ideas, y que si la gente se hubiese puesto a comprar y vender ideas con la intención de crear algo junto a sus semejantes, nuestro desarrollo técnico, artístico, social, etc. estaría muy lejos del actual.

El Ministerio de Cultura debería trabajar por fomentar un ecosistema libre en el que las personas puedan desarrollar actividades intelectuales y culturales con seguridad, y no por todo lo contrario (restringir esas actividades a empresas e instituciones privadas) en las que el individuo queda desprotegido y a la merced del mercado.

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