“Son lectores compulsivos que quieren abarcar muchas cosas, visitar otras webs”, admite Rogelio López Blanco. Por eso, “consumen de forma televisiva los textos, sobre los que, en consecuencia, apenas fijan su atención”, añade. “Hay un déficit de capacidad de concentración patente”.

¿Por qué razón? Pues porque muchos usuarios, sobre todo los más jóvenes e impacientes, “no son capaces de asumir que los textos pueden ser complejos, que tienen varias implicaciones y significados que se van sumando, como si fueran tomas de cámara desde distintos ángulos”, incapacitados para reconocer que “deben leerlos más de una vez. Y así nos va, consumen pero no entienden, no crecen, sino que engordan”.

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