Rios de bits han corrido estos últimos días relativos a la publicidad intrusiva y sobre el dichoso Test de la Muerte. Una de las conclusiones generales es que ser tan intrusivo es perjudicial para el medio y para la marca.

Pues bien, aquí estoy yo, el espíritu de la contradicción myself, para llevar la contraria, uno de mis deportes favoritos.

La campaña de El Test de la Muerte me parece tan molesta y deleznable como brillante en lo que a consecución de resultados se refiere. Estoy seguro que está teniendo un retorno absolutamente brutal y muy por encima de lo que suele ser habitual en este tipo de campañas. Y a los creadores les da exactamente igual que se perciba negativamente: la quemarán hasta donde puedan (hasta que deje de funcionar, que apuesto a que no será pronto) y luego la pueden enterrar porque es una marca creada para ser quemada.

Es una muy buena estrategia, para quien quiera dedicarse a ese negocio y no le importe hacer cosas de este tipo (personalmente, los pocos escrúpulos que me quedan me impedirían participar en algo así, pero no deja de ser un negocio como otro cualquiera…).

Respecto a los insterticiales de El Mundo, está claro que son muy molestos (aunque solo es un breve y superficial castigo por atreverte a entrar en semejante tugurio, te mereces eso y mucho más), pero creo que los resultados son buenos para todas las partes implicadas:

  • el soporte cobra caro el formato y sus usuarios lo soportan sin mucho problema, por no decir ninguno (sino que alguien me explique por qué sigue siendo el medio más visitado)
  • el anunciante obtiene retorno en forma de un CTR un orden de magnitud por encima de la media del display y muchísimo branding – no olvidemos aquello de “que hablen de mí aunque sea mal”: el que unos cuantos blogueros estemos hablando de la marca que tanto molesta también es branding (menos en mi caso, que soy el más chulo y como no quiero caer en el juego no la nombro – ¡¡que vengan a Furilo a poner insterticiales!!)
  • incluso diría que el usuario puede llegar a percibir de forma positiva, una vez que se acostumbra, el que haya este tipo de publicidad, porque considerará que es el precio que tiene que pagar, lo que mejora el posicionamiento del medio – esto no es más que una intuición, un tanto gratuita, habría que estudiarlo

Por último, y lo más importante: pensamos que todos los usuarios son igual de expertos que nosotros, y nada más lejos de la realidad: nosotros somos una élite tecnológica que nos gusta emplear nuestro tiempo en hablar de estas cosillas: el usaurio medio tiene otras prioridades y aunque nos parezca mentira, puede encontrar entretenido el Test de la Muerte o flipante un anuncio a pantalla completa con un pedazo de coche.

¿O es que el mundo no está lleno de manifestaciones multitudinarias de lo que a nosotros nos parece mal gusto y paletismo salvaje? (un estadio de futbol con 100.000 personas dentro, por ejemplo)