(…) Esto significa que existen lectores dispuestos a recorrer el camino de la ficción en los weblogs, y también significa que la gigantesca lista de bitácoras que hablan sobre bitácoras, o sobre la modernidad encriptada, y que se encierran en élites tontorronas de liderazgo infantil, y que se mueren por aparecer en la prensa tradicional que al mismo tiempo repudian, no sólo son productos mediocres en su mayoría, repetitivos y adolescentes, sino que además no le interesan mayormente a nadie. O a ellos mismos. Eso no está mal, claro. Lo que está mal es que se les dé a ellos la supuesta hegemonía o batuta de un formato con el que no saben qué hacer.

Esto lo dice Hernán Casciari cuyo último éxito “Juan Dámaso, vidente” arrasa en vuestras pantallas.

Además de que me parece brillante, es continuista con la linea ceniza que se me atribuye. Para que no se diga. O para que se siga diciendo.