En Future Now hablan de cambio de hábitos y de la manera en que consumimos medios. Pero fijándose en aquellos que no es que cambien sus hábitos, sino que van formando unos nuevos directamente: o sea, los niños. Después de nacer con un TiVO en casa, la niña que ilustra este ejemplo piensa que una tele normal, que no tiene la funcionalidad de parar la emisión o ver su programa favorito en cualquier momento, está rota. O sea, que tu tele y la mía están rotas. A ver como le sacas esta idea de la cabeza a la niña.

Es alucinante pensar en un niño que hoy en día crezca en casa con un (¿o se dice una?) TiVO, todo convertido en wireless, el jukebox celestial multimedia que son las redes p2p…

Más en: “This TV is broken”.

En A life where TiVO has always existed enumeran lo que ocurre cuando una niña crece con algo como TiVO:

  • No ve mucha televisión (sus padres se lo limitan a una hora diaria) pero cuando se pone a ver la tele puede ver su programa favorito, a elegir entre unos cuantos cuya grabación tiene programada.
  • Los anuncios son una novedad infrecuente. Normalmente los pasan, y cuando la niña ve alguno se queda fascinada porque no tiene ni idea de qué es eso de los anuncios.
  • No hay horarios, la programación tal como la entendemos hoy en día no existe. La niña cuando enciende la tele no selecciona una cadena, dice que quiere ver tal programa, sea la hora que sea, y espera que así sea.
  • Está acostumbrada a parar la emisión en cualquier momento.
  • Los padres pueden comprobar que contenido es apropiado para la niña, antes de que ésta lo vea.

Los Rubinoos tendrá que cambiar su canción